Alberto Gómez Haces y Roberto Ferreras Cuevas, finalistas en el Campeonato de España de bolos de primera categoría

 

Roberto Ferreras, Alberto Gómez y Gonzalo Soberón, tres grandes bolísticos descendientes del valle de Bedoya
Roberto lanzando la bola desde desde el tiro

Días pasados se celebraron en la bolera del Palacio de Deportes de Santander los Campeonatos de España de bolo palma. En la fase final del campeonato individual de Primera Categoría-Copa de S.M. el Rey participaron  32 jugadores y dos de ellos son descendientes de Bedoya. Ninguno de ellos nació en el valle, pero sí lo hicieron sus padres.

Me estoy refiriendo, en primer lugar, a Roberto Ferreras Cuevas, hijo de Gildo y Delia, naturales de Cobeña. Roberto nació en Avilés (Asturias) y en la actualidad está afincado en Madrid, donde puede practicar la afición que más le gusta: los bolos. Esta temporada quedó tercero en el campeonato provincial de la Federación madrileña, lo que le dio opción a participar en el Campeonato de España, tanto en el campeonato individual como en el de parejas por Peñas, representando a la dicha Federación madrileña.

El segundo jugador es Alberto Gómez Haces (vigente campeón de España de Segunda categoría), nacido en Santander, hijo de Alberto (San Pedro de Bedoya) y de Conchi (Porrúa). Alberto quedó segundo en el campeonato regional astur, lo que le dio también derecho a participar en ambos campeonatos.

El resultado final de ambos no se puede equiparar con el de restos de ases de Cantabria, que disponen de muchos más medios y tiempo para practicar el juego de los bolos. En el cómputo final del campeonato individual, de los 32 jugadores que participaron, Alberto quedó en el lugar 28 y Roberto en el 30.

En el otro campeonato, el de parejas por Peñas, jugaron la final 10 parejas. Por la Peña madrileña jugaron Roberto Ferreras y Antonio Sáiz, quedando en el octavo lugar. Alberto Gómez participó representando a la Peña de Cué (Asturias) junto a Eduardo González, clasificándose en noveno lugar.

¡¡Un HURRA por ellos…..!!. En tiempos en que el juego de los bolos está de capa caída en Liébana, es relajante  y consolador ver cómo éstos dos jugadores se codean con la flor y nata de éste deporte.