Entrevista a Eduardo Andrés Alvarez

Vivió en el el valle de Bedoya y posteriormente emigró a Uruguay

Veinticinco años sin pisar España, es mucho para quien como Eduardo Andrés Alvarez amó y ama a su patria. Ahora ha venido sólo unos días, ya que su familia, sus actividades y todo eso que rodea a quien ha hecho un modo de vida atraen como un poderoso imán a cuya fuerza no valen las resistencias de los afectos o el recuerdo de familiares y amigos.

Su biografía, no es de las más extrañas. Se han repetido con frecuencia: trabajo en multitud de labores, marcha de su tierra natal de muy tierna edad (nació en Membrillar, Palencia, en el año 30), viniendo a Enterrias tres años después con sus padres de donde al año siguiente pasaría de nuevo a Palencia para retomar y fijar su residencia en Bedoya cuando contaba solamente nueve años. Trabajó como tantas gentes para don Luis Cuevas, ésa ?gura ya desaparecida que dio quehacer a tanto obrero manual cuando el trabajo escaseaba. Con los primeros jornales, Eduardo adquirió una guadaña, que tanta ilusión le hizo siempre el poseer este apero dada su afición a las siegas.

COMIENZA A SALIR DE SU HOGAR

Guadaña al hombro, como un centenar de lebaniegos lo harían por la época, marcha nuestro personaje a trabajar al destajo en los puertos y praderas de Tarna. Ganaban los segadores por aquel entonces veinticinco pesetas, pero la cuadrilla de la que nuestro entrevistado formaba parte, percibía treinta por sus méritos en tumbar la hierba y a ello se añadía el que les mantenían, con lo que ya podían ahorrar un algo, aunque para tanta hora de trabajo y sudor no era tanta la ganancia.

En su inquietud por abrirse un horizonte más amplio, marcha el señor Andrés a la tala y plantación de pinos en Asturias y en el famoso Alto del Palo permanece trabajando más de un año......, «Me hubiera vuelto a casa, porque lo que hacía el empresario, bien podría hacerlo yo y ganar algo más», nos dice.

Me convertí entonces en pequeño contratista, nos añade, y me fui a la tala y plantación a Vizcaya, habiendo plantado con mi cuadrilla, entre otros, el monte Umbe, próximo al aeropuerto de Sondica: cien mil pinos allí existentes le hacen recordar aquellos lugares. Sin embargo mi deseo era el de formar un hogar; ya tenía veinticinco años cuando se construía la empresa «Ensidesa» y allí me presenté para trabajar; estuve un tiempo, pero al final vi la posibilidad de emigrar a Uruguay; en ningún sitio ataban los perros con longaniza.

«Jamás - nos cuenta - volví a una fiesta; aquello ya había quedado atrás para siempre: había que trabajar mucho, duro, sin descanso. Conocí a una inmigrante italiana y me casé con ella. Tenemos tres hijas: todas ellas se llaman de primer nombre María.

SU VIDA ACTUAL Y SU RETORNO

Ahora todo mi trabajo en Uruguay, en la localidad de Rincón del Colorado, es la de frutícultor. Tengo varios obreros; me llevo perfectamente con ellos: me encanta que coman en nuestra mesa familiar y les trato de igual a igual, porque yo fui siempre eso precisamente: obrero; como ellos ahora. Ellos, naturalmente tienen sus opiniones políticas; yo, en este sentido soy completamente apolítico y eso desearía para tantos españoles que hoy, acaso equivocados, crean problemas laborales que en Uruguay se dan con menor frecuencia.

La finca que poseo tiene muchos árboles frutales, especialmente «duraznos» (melocotoneros), manzanos y viñedo; es una superficie de unas cincuenta hectáreas y la producción (por ejemplo, 100.000 kilos de melocotón es normal en un año) la comercializo yo directamente, con lo que evito los intermediarios y le saco el mayor provecho posible a la producción. Un problema a tener en cuenta es que el lugar de mi explotación se halla en una zona templada y húmeda, lo que ocasiona muchas plagas a las que hay que combatir: quince tratamientos por año. Viene siendo la norma de tener fruta y frutales sanos.

Le hemos preguntado si pensará venirse a la patria que le vio nacer cuando los años de actividad pasen. "Me siento español, montañés.., pero toda mi vida ya está allí; mis familiares, mis bienes. También tengo familia en Bedoya, por ejemplo, pero, repito, mi vida ya está hecha en Uruguay" . Y en su acento ha puesto una nota de nostalgia, como si sus sentimientos estuviesen divididos entre dos patrias: la España suya y la adoptiva de Uruguay.

Carlos Ganza - Liébana Mensual nº 30, Potes, Noviembre de 1980

Nota del webmaster: La madre de Eduardo Andrés, de nombre Josefa, era de Bedoya, hermana de Adolfo y Eduardo Álvarez. Josefa se casó con Timio Andrés, natural de la provincia de Palencia, y tuvieron tres hijos: Eugenio, Eduardo (a quien se le hace ésta entrevista) y Pilar. Quiero añadir que Eduardo a la fecha actual de 2014 ya ha fallecido en Uruguay.

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