Por fín la ola de calor que llevamos sufriendo en Liébana se acabó. Hoy la cuadrilla 103 tiene que cazar en casa, en el lote de Bicobres Norte y cuando esto sucede, parece que los ánimos de los cazadores están más risueños que de costumbre.

A las ocho de la mañana ya estaba el aparcamiento de San Pedro de Bedoya lleno de coches, con los componentes de la cuadrilla esperando las órdenes de Chanchel. “Vamos a empezar por Castro hasta Salarzón y la Sieta. Estuvimos mirando estos días y parece que hay movimiento de jabalís. Por la tarde echaremos de Salarzón hasta la Burdia”.

Como queda dicho, hoy la mañana estaba fresca y de Salarzón para arriba estaba cubierto de una densa niebla que poco a poco, a medida que iban pasando las horas, se fue disipando.

Una vez colocados los puestos entraron los monteros por Castro y por Casaju y no tardaron en coger demanda, pero los jabalís no salían a escena. “Llevan un ratu dando vueltas en el castañeu de Cobeña pero no sacan nada”, anunciaban por la emisora.

“Acabo de ver un jabalí que salió por el Pandu en dirección a la riega de Cobeña. No lleva perros”, anunciaban por la emisora unos aficionados que estaban ojeando la cacería en la vuelta de la carretera que sube a Cobeña. Pero nadie le volvió a ver. Hubo que esperar más de media hora cuando se presentó no muy lejos de Primo que estaba de puesto en el Caminu Vieju. Cuando el cazador pudo divisar al jabalí, éste ya estaba por debajo de Primo y no le pudo disparar por tener debajo a la carretera general. De esta manera el marrano, salvando el pellejo, pudo cruzar la carretera, el río y adentrarse en terrenos del lote de Arabedes.

En el encinal de Trillayo ya caen las bellotas y allí estaba hoy desayunando un hermosos jabalí que los perros de David llevaron en volandas hacia Sierratama. No le dio tiempo a pedir socorro a la Virgen de Guadalupe, ya que un poco más adelante, en el Hoyu, estaba hoy Manuel Relea y cuando algo pasa ante sus ojos tiene mal futuro. Un único disparo fue suficiente para ver al marrano dar las últimas convulsiones.

Muy cerca de Trillayo, en el Enebral, salió otro marrano que cruzó por la Viñona a Grillero. En Miseja estaba de puesto Parra que cuando pudo divisar al jabalí ya era muy tarde. Aún así le soltó un par de disparos que no impidieronal marrano seguir su camino.

Era ya mediodía y Chanchel mandó cambiar algunos puestos para echar la zona de San Pedro para arriba. Empezó bien la tarde, por lo menos los perros pudieron “cantar”, otra cosa es que salieran muchos jabalís, pero alguno sí que se atrevió a correr.

La Calleja de Sária suele ser un lugar propicio para esperar el paso de los jabalís, pero son muchos los que consiguen evadir los tiros. Hoy no iba a ser una excepción porque los perros pasaron para el monte de Lobá sin que nadie viera a los jabalís. Bueno, todos no lo consiguieron porque Francis pudo parar a un marrano que lo estaba intentando en Nozalín. Dos disparos fueron suficientes para dejarle a merced de los perros.

Otros perros que pudieron morder fueron los del montero Nando, de Lebeña, que estaba de invitado, y en la riega de Rucabrejo le salió un marrano que con un disparo fue suficiente para verle rodar un buen trecho.

Eran ya las cinco de la tarde y empezaban a caer unas gotas. Chanchel mandó recoger los perros y “esta tarde vamos a los Guardo”. Una exquisita paella y unas sabrosas y picantes manos de cerdo pusieron el remate de un buen y entretenido día de caza.

Informó: Angel