La cuadrilla 131 no para, ya es la cuarta ocasión que sube ésta temporada al monte. Hoy tuvo que ir a cazar al lote de Pámanes que abarca terrenos de Valdeprado y Cueva hasta los límites de Polaciones y Piedrasluengas.

Preciosa mañana la que amaneció en Liébana cuando los componentes de la cuadrilla se concentraron en la Viñona para acreditarse ante la guardería y recibir las indicaciones de Chanchel, el jefe de la cuadrilla.

“Estuvimos viendo el monte y poca cosa, no se ven jabalís; a ver si tenemos suerte y hoy con el viento sur entran desde la parte de Palencia. Vamos a echar primeramente la parte baja, lo del Cable y lo que pega con el lote de la Hoyona”, les indicaba Chanchel.

Pero ni viento sur, ni el norte porque los perros recorrieron el monte de arriba abajo, de derecha a izquierda, y allí no asomó nadie para caldear la mañana. Solamente unos tenues ladridos de los sabuesos dieron alguna esperanza a la cuadrilla; parecía que habían cogido demanda, pero sólo fue un espejismo porque enseguida callaron y nadie vio nada.

En vista que por allí no había nada que hacer, el jefe de la cuadrilla mandó cambiar los puestos y “vamos a echar hasta la Venta Pepín, por debajo de la carretera”. Y más de lo mismo, pasaban las horas  y ….., “aquí no hay nada, los perros se aburren y nosotros más……”, indicaba un montero.

De ésta manera, eran ya las dos y media de la tarde y viendo que el “pescau estaba vendíu”, Chanchel mandó recoger los perros y retirarse hasta los Guardo de Ojedo, pudieron degustar una sabrosa comida a la que los cazadores dieron buena cuenta y donde no faltó la alegría. Las penas con pan son menos penas.